El punto de partida de estas sesiones en un proceso de aprendizaje puede ser una condición física que quieras cambiar (por ejemplo, un trastorno digestivo, dificultad para respirar, migrañas), o puede ser la dificultad para permitir y expresar ciertas emociones, la indecisión, los efectos de un trauma emocional, o cualquier otra experiencia que reste valor a tu vida o que te frene. También puede ser un deseo o un proyecto que quieres realizar, una cualidad que buscas desarrollar o un talento que quieres potenciar. Esta metodología de aprendizaje basada en el cuerpo se centra en reconocer y detener los obstáculos que encontramos en el camino, y en desarrollar las habilidades específicas necesarias para llevar a cabo tales propósitos. El proceso incluirá aprender cómo manejar tus miedos, cómo permitir la experiencia del dolor, cómo cambiar un patrón limitante de tu pasado, cómo silenciar tu mente y estar más presente, cómo dar más espacio en tu cuerpo a los sentimientos positivos, cómo ejercitar tu voluntad, el desafío a tu disciplina personal que implica la necesidad de entrenarte, y cómo soltar lo que ya sabes para aprender nuevas posibilidades.